Cuando somos muy jóvenes el ego no está tan al cargo como cuando somos adultos. Por esto este ejercicio que os propongo os va a resultar muy muy interesante y os acercará a revelar vuestro propósito.
¿Comenzamos?
Para estos ejercicios necesito que cojas un papel y un bolígrafo y que adoptes una postura cómoda. Busca un momento en el que puedas estar a solas y te centres completamente en tu respiración. Una vez notes como tu mente está más calmada podemos comenzar.
Anota dos o tres cosas que te gustaban hacer en tu infancia o adolescencia, si te vienen imágenes, recuerdos o sensaciones descríbelas.
Mira que aficiones te hacían más feliz, no lo juzgues, por muy triviales que te resulten, anótalas, aunque sea escuchar música, pasear, no hacer nada. Yo, por ejemplo, recuerdo que me encantaba dibujar y tocar la guitarra.
Ahora quiero que expliques porque te gustaba.
En mi caso, me gustaba dibujar porque me permitía ser creativo, sin límites. Podía empezar un dibujo y al rato otro sin importar lo que los demás pensaran, únicamente lo hacía por placer. Y en cuanto a tocar la guitarra, me apasionaba muchísimo componer. En el fondo quería demostrar que podía ser "alguien” haciendo lo que me gustaba para el disfrute de los demás.
A continuación, revisa lo que has escrito y subraya palabras o frases que en la actualidad tengan sentido para ti. Volviendo a mi ejemplo, las palabras que me resuenan, son Creativo, sin límites, pasión, componer, compartir.
Es increíble cómo este ejercicio nos aporta enseñanzas tan profundas sobre lo que somos ahora y lo más interesante, sobre lo que podemos ser.
Gracias por ser