En las sesiones me encuentro que en la mayoría de ocasiones, las personas que trabajan para la empresa familiar tienen cierto grado de responsabilidad y exigencia por parte de los propios familiares y esto les provoca muchísimo estrés, pues como norma hay una o varias figuras de autoridad que de una forma consciente o inconsciente se percibe una marca de dominio. Es algo así como querer estar a la altura, pero nunca es suficiente.
En esta ocasión quiero simplemente que reflexionéis y miréis dentro de vosotros que os hace sentir las siguientes preguntas:
Si mañana te fueras de la empresa, ¿Qué harías?
¿Te has preguntado alguna vez si eres dueño de tu vida?
¿Elegiste trabajar en la empresa familiar por auténtica vocación?
En tu adolescencia, ¿Estabas convencido/a de que acabarías trabajando en la empresa familiar?
¿Has tomado realmente alguna decisión importante dentro de la empresa? …¿o sigue el “Capataz” gobernando entre las sombras?
¿Eres feliz?
Si estas preguntas te han removido por dentro, significa que algo no cuadra. ¿Me equivoco?
No debemos machacarnos por ello, simplemente ser conscientes de que este no es el camino que deseas. Es probable que el miedo a perder cierta estabilidad económica te frene y es completamente normal. Mi consejo es que empieces a integrar tu Don simultáneamente con tu trabajo, he incluso si es posible, vincularlo para que tenga más sentido aún si cabe dentro de la empresa familiar. Si no sabes cuál es tu misión de vida, te invito a que conciertes una sesión para conocernos.
Gracias por ser.